Con la llegada del invierno y del frío debemos acondicionar nuestro hogar y controlar los artefactos de calefacción con los que contamos, o evaluar las opciones y cuidado de aquellos que queremos instalar.
Si bien los aires acondicionado frío-calor y las estufas eléctricas vienen ganando terreno en los últimos años como artefacto calefactor, el elemento más utilizado continúa siendo la estufa a gas; porque resultan más económicas, porque calientan los ambientes más rápido y por qué no, también por costumbre.
El principio básico de la estufa es el funcionamiento gracias a la combustión del gas en el quemador de la estufa, consumiendo de esta manera el oxígeno, produciendo dióxido de carbono, agua y calor. Con esto en consideración, existen ciertas recomendaciones sobre cómo usar una estufa a gas sin que represente un riesgo para la salud ni para la seguridad del hogar:
- Realizar un mantenimiento anual con un profesional matriculado para controlar el estado de conductos, válvulas, etc.
- Instalar artefactos homologados.
- Evitar mantenerlas encendidas por mucho tiempo.
- Ubicar la estufa de gas lejos de materiales inflamables como muebles o cortinas.
- No poner a secar prendas sobre la estufa en funcionamiento ya que el artefacto se puede sobrecalentar o bien, la prenda puede incendiarse.
- Ventilar la habitación mediante rejillas, ventanas o puertas.
- Evitar dormir con las estufas encendidas.
- Si sentís malestar con la estufa encendida, lo más adecuado es apagarla, ventilar y verificar el funcionamiento con personal calificado.
- Controlar que la llama siempre sea azul. En caso de que sea amarilla, contactar a un profesional que la revise.
Por otro lado, se debe realizar un uso racional del gas natural:
- No usar el horno ni las hornallas para calefaccionar
- No calefaccionar ambientes de la vivienda que no estén en uso.
- Calefaccionar ambientes hasta llegar a una temperatura mínima agradable, ya que el exceso de calefacción consume combustible innecesariamente.
- Mantener la llave de gas cerrada si no se está usando la calefacción ni la cocina.
Así que ya sabemos, ¡Tenemos que hacer un uso correcto y seguro de nuestros gasodomésticos para cuidar nuestro hogar y nuestra salud!
Si tenés la posibilidad, ayudá a la calefacción de tu hogar dejando entrar unos rayitos de sol a tu casa que te van a brindar luz y calor natural y, de paso, levantan el ánimo de cualquier mañana.