Adoptar la filosofía slow significa aprender a priorizar gastos y realizar inversiones meditadas, planificadas a medio y largo plazo.
La filosofía del Slow Finance está basada en el slow living. Un movimiento slow pretende vivir sin estrés, tomarse tiempo para producir algo de calidad y disfrutar del proceso, “disfrutar del viaje y no obsesionarse con llegar rápido al destino”
En lo que respecta al ahorro, el slow living se traduce en ser conscientes de nuestro dinero: saber en qué lo gastamos nos ayuda a priorizar nuestros gastos. Y, respecto al consumo, hacerlo con la plena consciencia de en qué, cuándo y cómo gastamos nuestro dinero.
En cuanto a la inversión, este estilo de vida favorece el pensar a largo plazo e ir poco a poco. Es decir, evita que nos dejemos llevar por decisiones impulsivas que, a la larga, son casi siempre perjudiciales. El slow living es una filosofía idónea para que nuestro dinero crezca de forma sostenible con el tiempo.
Consejos para practicar con éxito el Slow Finance
- Invertir en productos y servicios que entiendas.
- Ser paciente y no tener apuro para crear un patrimonio.
- Atender al asesoramiento de expertos.
- Mantenerse fiel a una estrategia y evita tomar decisiones basándote en el pánico o la euforia.
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