¿Cómo evitar que las emociones intervengan en nuestras finanzas personales?

Cuando atravesamos épocas de crisis, incertidumbre y/o recesión económica, es normal que perdamos racionalidad al momento de administrar las finanzas personales. La mente, cuando se expone al estrés, altera los procesos normales que usualmente utilizamos para tomar decisiones. Pero existen estrategias motivacionales para enfrentar la situación y mejorar el desarrollo económico personal o familiar.

Lo esencial será contar con una buena administración de los recursos disponibles y establecer un presupuesto personal. Así tomaremos dimensión de cuáles son nuestros ingresos, gastos fijos y variables. Una vez que obtengamos de allí un diagnóstico acertado, podremos establecer un plan de acción teniendo en consideración los instrumentos de inversión disponibles para hacer rendir los ahorros.

En caso de presentar una deuda pendiente, será conveniente establecer un calendario de pagos posibles para saldarla en el corto plazo. Podemos implementar acciones concretas como reducir gastos de tarjetas de crédito, o utilizar plataformas fintech que ayuden a afrontarlas de manera ordenada. Si se logra saldar la deuda en el tiempo estipulado, se podrá avanzar con la siguiente parte del plan económico personal: la inversión.

Si el inconveniente es que tus finanzas se encuentran desorganizadas y por ello no dan lugar a los ahorros, lo ideal será realizar un desglose de los gastos variables. Así podrás determinar conscientemente cuáles de ellos pueden reducirse o eliminarse, al menos por un tiempo. Es importante aquí el dominio de las emociones ya que, en su mayoría, los gastos variables son aquellos que nos proporcionan placer, confort y ocio.

Los objetivos financieros deben movilizarnos. Debemos pensar en el corto plazo pero también ir más allá: proponernos objetivos específicos de carácter positivo con un valor significativo que acompañe a la inversión. Así nos sentiremos motivados a seguir el plan de acción. Estos objetivos pueden variar desde ahorrar determinado monto de dinero para irse de vacaciones, hasta reducir los gastos variables y establecer un plan de inversión para comprar una casa.

Las crisis representan oportunidades para quienes estén dispuestos puedan invertir sus ahorros en plazos de uno, tres, cinco años para aprovechar los beneficios por intereses. Existen métodos financieros para comparar y elegir entre diversas inversiones como el VAN (Valor Actual Neto) y la TIR (tasa interna de retorno).

En este contexto, es importante permitirse frenar y pensar antes de tomar una decisión económica importante. De esta forma podremos evaluar todas las aristas de la propuesta y elegir lo que resulte más beneficioso para esa ecuación financiera que nos planteamos inicialmente.