¿Sentís que el sueldo se te escapa de las manos? ¿Tenés objetivos que parecen inalcanzables? Te traemos algunos consejos básicos para que organices tu vida financiera de manera responsable y te conviertas en un gran inversor.
Tiempo para tus finanzas: Construir un patrimonio requiere disciplina y constancia. Dedicar por lo menos una hora por semana a revisar y analizar tus finanzas te brindará un buen panorama de tu situación.
Comenzá por calcular el valor de tu patrimonio. Para ello, restá al total de tus activos (dinero, inmuebles, autos, mobiliario, etc.) todos tus pasivos (préstamos, créditos, saldos de tarjetas de crédito, etc.). Este ejercicio te ayudará a reconocer cuál es tu posición financiera.
Capacitación: Leer algunos artículos o libros sobre finanzas te ayudará a entender cómo funciona el dinero. Existen libros muy accesibles para inversionistas principiantes como el best-seller Padre rico, padre pobre, de Robert Kiyosaki, o Cómo manejar tu dinero (sin enloquecer en el intento), de Adina Chelminsky.
Control de deudas: Endeudarse significa comprometer ingresos futuros; lo que supone no poder invertir el dinero para que genere intereses.
Una buena opción para mantener el control es aprovechar los aumentos de sueldo, bonos o aguinaldos para sacarte deudas de encima.
También deberías tener el mayor control posible sobre los gastos con tarjeta de crédito para no caer en la tentación de gastar más dinero del disponible.
Presupuesto: Establecer un presupuesto personal nos sirve para determinar el monto de los gastos fijos como alquileres, impuestos, servicios, etc. y nos ayuda a conocer qué gastos innecesarios realizamos a lo largo del mes para poder reducirlos o eliminarlos.
Con estos datos, podés hacer una distribución del sueldo del próximo mes de acuerdo a tus prioridades sin olvidar separar un porcentaje para ahorro. Se recomienda que el monto para ahorrar no sea menor al 10% del sueldo. Podríamos considerarlo como un gasto fijo en el presupuesto.
Ahorros trabajando: No dejes tus ahorros guardados y hacé que te generen un rendimiento, aunque sea mínimo. No sólo podés invertir en instrumentos financieros, sino también en un bien de capital para iniciar un negocio propio o en estudios y capacitaciones para conseguir un mejor empleo o mejorar tu negocio.
Si optás por un instrumento financiero, lo importante es que definas cuáles son los recursos que podés invertir, qué metas querés alcanzar y qué riesgos estás dispuesto a correr. Solicitá asesoramiento para que te ayuden a definir tu perfil de inversionista y a tomar las mejores decisiones. Conocé tus limitaciones y sé paciente. Muchos inversionistas novatos esperan ganancias espectaculares en el corto plazo y se desaniman pronto.
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